EL BEAGLE PERSONALIDAD Y TEMPERAMENTO

Cuando buscamos un compañero en nuestra vida, es muy importante entender la personalidad, temperamento y manías de este futuro acompañante; todas las razas de perros poseen un temperamento característico para el propósito por el cual se creó cada una de ellas. Los beagles son sabuesos rastreadores, siguen el rastro sin importarles cuán raras o difíciles sean las circunstancias, esto hace que sean enérgicos, independientes y muchas veces necios, y no existe ninguna diferencia de temperamento entre las dos variedades de beagles (13 ó 15 pulgadas). Sin embargo, en mi experiencia sí existen rasgos diferentes en cuanto a temperamento entre los ejemplares tricolores y los bicolores. Estos últimos son más fáciles de entrenar que los tricolores.

La mayoría de la gente tiene la opinión de que el Beagle es un perro ladrador, aullador, insoportable. Nada más lejos de la realidad; a lo largo de mi vida canófila he tenido varias razas y el Beagle se ha ganado mi simpatía por varias razones: son perros entusiastas, cariñosos que llenan momentos divertidos con sus alegres voces y simpatía innata en todo lo que hacen; tienen un ladrido inconfundible y para los verdaderos amantes de la raza es un placer oírlos. A pesar de lo que mucha gente piensa, NO son perros "escandalosos" que no paran de ladrar o aullar todo el día; por el contrario , ladran como cualquier otro perro si algo les llama la atención, o cuando están contentos o rastreando, y no como otras razas que ladran sin motivo alguno.

El tamaño del Bealge combinado con su resistencia y su excelente apetito, lo hace un perro fácil de tener, que se puede adaptar a casi cualquier casa en la ciudad o en el campo, poseen todas las ventajas de las razas grandes, ya que a pesar del tamaño, gracias a su conformación y resistencia no son perros delicados, resisten los juegos de los niños, lo que no ocurre con otras razas más pequeñas y fáciles, aún niños muy pequeños están a salvo en la compañía de un Beagle, pues por su tamaño no pueden tirar a un niño accidentalmente. Es amable, a moros y generalmente no es destructivo (una vez maduro, pues recordemos que los cachorros son inquietos por naturaleza y los pequeños beagles no son de ninguna manera la excepción). Otra cualidad importante a destacar es lo pulcro que suelen ser muchos de ellos, es muy fácil, casi sin darnos cuenta, enseñarlos a que no orinen ni defequen en lugares inapropiados, pues el Beagle es un perro que se podría decir que por instinto, tiende a realizar sus necesidades lejos del área donde duerme y vive. Su pulcritud en ocasiones puede sonar exagerada, pero he conocido a varios ejemplares que no les gusta tomar agua en un plato en el que tomó otro perro antes que él, y otros que en exposiciones cerradas, después de varios días de estar en la alfombra llena de olores y manchas, casi rehúsan pasar por ésta.

Por su apetito, no tendremos problemas en complacer su paladar, pues les gusta la comida, el único problema es sobrealimentarlos, pues es fácil caer en la tentación de no darle a comer todo lo que con su cara triste y melancólica viene a solicitar; un Beagle puede comer a lo largo de todo el día, dando la apariencia de nunca saciarse, por lo que se debe tener mucho cuidado en racionar adecuadamente cada comida. Un consejo básico es, si alguna vez tu Beagle pierde interés en la comida, o deja de comer, no vayas ¡CORRE AL VETERINARIO! pues con toda seguridad se trata de algo grave. Yo he tenido perras que aún en trabajo de parto ¡ SE PARAN A COMER ! esto creo que es el indicador indiscutible de lo que significa par un Beagle la comida. El Beagle literalmente VIVE PARA COMER NO COME PARA VIVIR.

Los Beagles no deben ser agresivos, pero si se les maltrata pueden mostrar agresividad ; he conocido ejemplares que no reparan en defender a su amo de alguna agresión. En el campo , se les puede adiestrar para cazar todo tipo de presa, desde conejos y liebres, que constituyen su presa más común, hasta animales tan diferentes como faisanes y mapaches, incluso se le ha utilizado con éxicot para cazar presas tan poco usuales como la Paca Sudamericana, un animal selvático parecido a la Llama, que puede llegar a pesar más de 20 kilos.

Una característica destacada del Beagle es su valor; aunque no es un combatiente instintivo, su valor se manifiesta en su intenso deseo de cazar; muchos aficionados a la raza han tenido beagles que , corriendo en jaurías o en parejas, han perseguido a una presa durante un día entero y gran parte de la noche.

Se platica que e una jornada de cacería de liebres, en la nieve, en Maine, Estados Unidos, hace varios años, se observó a 5 beagles siguiendo a una gran liebre blanca durante todo el día sobre nieve ligeramente endurecida, cuando la presa fué finalmente muerta al atardecer, los perros se acercaron uno a uno a la liebre muerta y se echaron inmediatamente en la nieve. Más tarde los cazadores se percataron de que los afilados trozos de nueve dura habían herido los cojinetes de las patas de los perros, de modo que ninguno de ellos podía seguir caminando, por lo que fue necesario llevarlos en brazos hasta los vehículos, sin embargo, a pesar del cansancio y las sangrantes heridas de sus patas, todos habían rechazado dejar de correr hasta que consiguieron alcanzar a su presa; esta cualidad es el resultado de años de crianza para conseguir un buen perro de caza.

La valerosa obstinación del Beagle como cazador es una constante fuente de admiración para todas las personas que lleguen a conocerlo y apreciarlo. Una vez que son adiestrados para el trabajo de campo, se dedicará con profunda devoción a la tarea instintiva de servir a su amo en ese sitio, una devoción que nunca cesa, ni siquiera disminuye, sino hasta que la muerte detenga su valiente corazón. Cuenta una anécdota de un cazador que tenía un Beagle, el cuan en su vejez había sido atacado por una parálisis en sus extremidades posteriores, y a pesar del hecho de que ya casi no podía usarlas, el animal nunca perdió una pizca de su determinación ni deseo de cazar. Después de estar en la perrera durante varios días, insistía mediante ladridos y aullidos, que se le dejara suelto para perseguir su presa de toda la vida, la liebre; su amo, conocedor de la incapacidad física del perro, pero al mismo tiempo comprendiendo su intenso deseo de caza, lo dejaba suelto contra sus propios afanes. El perro se dirigía hacia los bosques arrastrando sus casi inútiles patas traseras, eventualmente espantaba a una liebre, y portón su profunda y resonante voz se oía en los cerros cubiertos de matorrales mientras se esforzaba con todas sus fuerzas por seguir un rastro fresco. Al poco tiempo se cansaba, viéndose forzado, exhausto, a abandonar el rastro; tras un breve descanso volvía a casa, muchas veces con las patas traseras sangrantes y llenas de cortes, pero mostrándose feliz por la satisfacción de haber podido dedicarse una vez más a la tarea que la naturaleza y su amo habían grabado profundamente en él.

Bajo la expresión triste y dulce de un Beagle, se oculta una disposición siempre alegre en casa o en la perrera, juega haciendo innumerables travesuras y en el campo es todo un profesional; su inclinación natural hacia la exhibición lo hace apto para el papel de perro de exposiciones, su atractiva constitución hace de él un fuerte competidor en cualquier certamen. En las exhibiciones, el Beagle DEBE mostrar SIEMPRE su carácter alegre, obstinado y lleno de vitalidad; esto sin duda, hará que uno se sienta orgulloso de él.

La expresión siempre triste del Bealge, desmentida sólo por algún chispazo ocasional de locura, resulta sorprendente para quien nunca antes ha tenido uno. En realidad se hace evidente que la expresión es solamente un truco de la naturaleza, una máscara que oculta un carácter que suele ser alegre, satisfecho y siempre amable, bondadoso y leal. Dale a un Beagle un objetivo en la vida y él lo perseguirá incansablemente, sin fallos; será el amigo y compañero más dulce que pueda crecer junto a un niño, el animal de compañía más amable y educado que pueda uno tener.